Al igual que el Yoga, el Ayurveda propone la integración de mente, cuerpo y alma como principio fundamental para mantener la buena salud. Asimismo, entiende al microcosmos de nuestro cuerpo como un espejo del macrocosmos del universo, es decir, que ambos están regidos por las mismas leyes o principios, como ser la “teoría de los cinco elementos” y la “teoría de las cualidades”.

    Analizando el microcosmos de cada persona y su composición, podremos determinar cuáles son las fuerzas vitales predominantes (doshas: vata, pitta y kapha), cómo están desequilibradas, y cómo reestablecer su homeostasis. Cabe aclarar que no es meramente un análisis fisiológico. Como en Yoga, la “teoría de los gunas” (sattva, rajas y tamas) también es introducida en Ayurveda, permitiendo identificar qué actitudes mentales y pensamientos subyacen tras los desequilibrios en el microcosmos del paciente.

     Entonces, la salud será definida por el Ayurveda como el equilibrio entre los siguientes cinco factores:

• Tridosha o humores: vata (viento, aire), pitta (bilis, fuego) y kapha (flema, agua)

• Sapta Dhatu o secreciones jugosas y tejidos del cuerpo: rasa (bilis), rakta (sangre), mamsa (carne), meda (grasa), asthi (huesos), majja (médula ósea), sukra o sonita (esperma u óvulo).

• Agni: digestión, eliminación, metabolismo

• Claridad y pureza de los sentidos

• Tranquilidad y paz de la mente

​

    La medicina ayurvédica trata a las personas con métodos naturales, entendiendo que cada cosa de la naturaleza tiene sus propiedades y que “cualquier cosa puede ser remedio o veneno según quién y cómo lo ingiera”. Entre las terapias podemos nombrar las tisanas de hierbas, reordenamiento de la dieta y hábitos de vida, masajes con aceites (abhyanga), preparados naturales específicos, como algunas de la vastedad de recursos que el Ayurveda propone.

​

​